Hace ya algunos meses, a través de una jornada organizada por Biela y Tierra y su proyecto, volví a recordar esta frase, “mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo”.

Cuatro mujeres, su ilusión y seguro que la gente que quieren, hicieron equipo y motor par llevar a cabo un proyecto en el que se tejían redes en la provincia de Teruel. Y aunque ahora no es la temática que ocupa, os invito a indagar e inspiraros con su iniciativa, ya que a su vez a nivel educativo, también están poniendo su granito de arena en algunos de los coles de nuestra provincia.

Días atrás y ante la necesidad de llevar la inteligencia emocional, afectiva y social, a nuestras aulas y sus comunidades, que he dado con otra gran fuente de inspiración, la comunidad educativa del pequeño pueblo de Alpartir, el CEIP Ramón y Cajal. Han sido poquitas las horas que he podido pasar entre sus rincones e ideas, pero el hecho de sentir que no ha sido suficiente, ya dice mucho acerca de lo que se traen entre manos.
Algunas de las palabras que compartieron sobre lo que son, fueron: inclusión, diversidad, familiaridad e implicación. Curioso que esas palabras fueran tan unidas de la mano cuando nos encontrábamos allí personas con roles tan diferentes en la comunidad, desde: una abuela, dos madres, una coordinadora de un programa de educación emocional, un director, todas las maestras del cole, una inspectora y una asesora. Parece determinante que entre todas las posibilidades en las direcciones a tomar, se vaya consensuadamente hacia una, la misma. El cole de Alpartir cuenta con dos profesionales que llevan quince años investigando y poniendo en práctica las evidencias teórico-prácticas de otros contextos donde sus experiencias han funcionado. Dos de las claves que permanecen siempre en su manera de actuar acerca de lo que representan, una escuela abierta, son: heterogeneidad y comunidad. Y es esa evidencia, observación y escucha, la que les brinda esa seguridad y satisfacción a la hora de la toma de decisiones y atenciones. Una de las decisiones que avala dicha dirección fue su compromiso en la organización de las IV Jornadas pedagógicas que se realizaron el 14 de mayo de este año, donde se fueron realizando en muchos lugares del municipio, y en las cuales participaron miembros representantes de muy diversos sectores del ámbito educativo de la comunidad autónoma de Aragón.

Tras el IV Congreso Internacional de Innovación Educativa que tuvo lugar en Zaragoza, hubo varias ideas muy interesantes que seguían en esta línea, como los tres pilares básicos necesarios en la educación, que plasmó con su intervención, Andy Hargreaves, profesor e investigador que busca ese cambio en la dirección hacia la educación: inclusión, innovación y mejora.
Hubo aportaciones muy interesantes en dicho congreso, y desde luego siempre son algunas las que calan más en unos que en otros y viceversa, pero en todos los casos, eran investigadores, que estaban siendo o habían sido docentes muchos años y hablaban en base a las lecturas, las reflexiones y lo más importante, a través de su experiencia. Quizás no supusieron ya un cambio revolucionario en nuestras mentes, ya que no había idea principal que dijesen que como docentes en realidad desconociéramos, pero sí arrojaban luz de nuevo a lo que ya sabíamos, y aportaban alguna iniciativa que podría ayudarnos. Y de todo se extrae, que así como sus ideas son importantes y han sido extraídas de las evidencias, no de una, sino de muchas evidencias, innovar por innovar no es la idea, sino innovar desde la reflexión, porque innovar por innovar, sin pensar, también trae problemas.

Mención especial a David Bueno, Doctor en Biología, director de la Cátedra de Neuroeducación y profesor e investigador de la Sección de Genética Biomédica, Evolutiva y del Desarrollo de la Universidad de Barcelona, el cual hacía pensar sin juzgar. Algunas de esas cuestiones eran: ¿racionalidad o emoción?, ¿pensar o hacer?, ¿adaptarse o que se adapten?. ¿Y es que acaso hay una solución buena al respecto?¿Es A?¿Es B? ¿O es la reflexión de ambas en base a las evidencias y a un contexto?. Quizás estaría bien tener ganas como docentes para pensarlo, pero sobre todo, tiempo, apoyo y cooperación. Algunos vemos una posible solución para la mejora en la educación y en la innovación educativa: el aprendizaje cooperativo, para la inclusión y la diversidad; el aprendizaje servicio, para la mejora como personas, para que suponga un verdadero aprendizaje significativo, transformador. La realidad, es que aún hay muchas contrariedades en el sistema, nos vemos a veces sin apoyo, y en otras ocasiones, y siendo autocríticos, nos da miedo llevar a cabo iniciativas ante las deficiencias en nuestra manera de trabajar, somos nosotros los que a veces nos cuesta como docentes, trabajar en equipo, creer en nosotros mismos. No tiene pinta de que un verdadero cambio sea factible rápidamente, sino a través de pequeños cambios, en muchos docentes, en muchas comunidades educativas. Porque lo que sí es verdad es que podemos trabajar el aprendizaje cooperativo en las aulas, pero sin creer en nosotros mismos y sin un verdadero trabajo en equipo entre nosotros y la pequeña comunidad educativa, va a ser muy complicado incluso, hacer pequeñas cosas en lugares pequeños.

Un claro ejemplo defensor de ese cambio, que va en la misma dirección, es María Eugenia Pérez, a la cual hemos tenido el placer de invitar a nuestro centro de profesorado y que nos lanza como primer reto para ese cambio, la transformación en la organización de nuestro centro este presente curso para que sea diverso e inclusivo, el “Trabajo por Proyectos y en Equipo a través del Aprendizaje Cooperativo, es nuestra Autopista para llegar a LA FELICIDAD, LA INCLUSIÓN , LA DIVERSIDAD Y LA SOCIEDAD DIVERSAD”. Dado que muchos de vosotros nos habéis mostrado mucho interés en poder participar y no habéis podido acercaros, os dejamos el enlace de su blog https://mavensol.blogspot.com/ para que podáis también impregnaros de sus ideas.

Desde del Centro de Profesorado de Ángel Sanz Briz, se os invita a creer en vosotros, a aguantar las resistencias, a insistir e insistir en una iniciativa cuando creáis en ella. Tardaréis en ver las mejoras, pero si sois valientes en ser pacientes, en compartirlas, en visualizarlas, sensibilizaréis y llamaréis a la valentía de otros compañeros a llevarlas a cabo, y entonces, poco a poco, irá surgiendo el cambio. Vamos a ser optimistas, aunque cuesta. ¿Optimismo o pesimismo?. Realidad y ganas de mejorar la realidad, a pesar de ese desgaste a veces auspiciado por ciertas resistencias. Lo que sí sabemos, es que es necesario un cambio, en la educación, en la sociedad. ¿Por dónde empezar?. Por uno mismo, empezar por los demás, para mí, es un imposible.
“Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo” (Eduardo Galeano)
Agustín García, Pilar